lunes, 17 de octubre de 2011

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¿Estará para breve la Aprobación Oficial de Dozulé?
                                         (MAYO, 2011)
Progresos para el reconocimiento de los mensajes de Dozulé
Según las últimas informaciones, hechos y decisiones importantes se sucederán en Dozulé. El 29 de mayo del 2011, se realizó la ceremonia de la Primera Comunión de los niños. Estuvo presidida por Monseñor Jean-Claude Boulanger, Obispo Diocesano. La Iglesia  estaba llena. Terminada la Santa Misa el Obispo se sitúa al lado del Altar. El Sacerdote Balore, Párroco de Dozulé, está delante del micrófono. Se hizo silencio… Inesperadamente llama a la señora Mazot (persona acostumbrada y empeñada a estar presente en peregrinaciones o ceremonias privadas en la Haute-Butte, Colina de las Apariciones, donde ya tuvimos la gracia de presenciar). Como nadie contesta el Párroco vuelve a preguntar si la Sra. Mazot está presente en la Iglesia. La Sra. Mazot se levanta y el Padre Balore la invita a aproximarse a él. Todo esto pasa delante de la presencia del Obispo que permanece de pie al lado del Altar.
La Señora Mazot se dirige hacia el Padre Balore. Este solicita que se arrodille delante de él. Ella obedece. Entonces el Párroco  impone sus manos sobre la cabeza de la Sra. Mazot y pronuncia las siguientes palabras:
-         “Señora Mazot, yo la nombro responsable de la recepción y orientación de los peregrinos en Haute-Butte, en Dozulé. La bendigo en nombre de la Iglesia.”
Muy conmovida se levanta y el Párroco aún le dice:
-         “Caso tenga algún problema, aquí estaré para ayudar”
Todo esto pasó delante del Obispo Boulanger. Esta responsabilidad es válida por 2 años. Antes de esto el Obispo había también decidido:
1-     Nombrar al Párroco de Cambremer, Philippe Gros (antiguo médico, nacido en 1938 y ordenado en 2006) responsable de recibir y analizar los testimonios de todos cuantos se presenten como miraculados.
2-     Constituir una Comisión de Investigación con 4 sacerdotes, nombrados en secreto, con el fin de estudiar todos los acontecimientos en Dozulé, y los mensajes recibidos por Madeleine Aumont.
3-     Visitar a la Sra. Madeleine Aumont, la vidente de Dozulé, en su retiro en Livarot. La Bendijo y rezó por ella.
Y ahora recemos nosotros, pora que el Reconocimiento Oficial de la iglesia se haga a la brevedad posible por el Obispo Diocesano.
Según la aprobación del Obispo de Bayeux-Lisieux, comunicada por el Párroco de Dozulé y en su presencia, nosotros ahora proponemos a los sacerdotes y a los laicos para que vengan en gran número a rezar a la cima del Haute-Butte de Dozulé, lugar donde apareció por primera vez a Madeleine Aumont la célebre y tan ansiada Cruz Gloriosa, que Jesús pidió a Su iglesia, con 738 metros de altura.
Es de hacer notar que el Rosario ahora se reza todos los días en la Haute-Butte de Dozulé a las 14.00 horas.
No olvidar que la Santa Sede, según carta del propio Cardenal Ratzinger(actual Papa Benedicto XVI), enviada al Obispo Diocesano de entonces, no aceptó la conclusión negativa de su Comisión (como también ya sucedió en Medugorje) y sugirió con toda la delicadeza, pero sin alguna duda, la continuación de la investigación de los acontecimientos y mensajes de Dozulé a través de una nueva Comisión, que nunca se volvió a nombrar, y el Obispo murió sin satisfacer los deseos de la santa Sede.
Esta noticia tan inesperada con la posición del Obispo Diocesano de Bayeux-Lisieux a la cual pertenece Dozulé, vino a apresurar lo que ya habíamos pensado volver a publicar. Los acontecimientos de Dozulé según el Párroco a la fecha de las apariciones, con la debida autorización de su superior, el sacerdote Victor L´Horset.
Introducción:
Ya se publicaron diversos relatos sobre lo que se llamó “el Fenómeno de Dozulé.” Por solicitud de diversas personas ansiosas de poseer una fiel exposición, teniendo en cuenta que mis superiores me permitieron la libertad en ese sentido, decidí publicar mi testimonio.
Además debo decir que el “fenómeno” va más allá de las Apariciones. Estas se iniciaron el 29 de marzo de 1972 y duraron 6 años.
Pero fueron precedidas, 2 años antes, con “Gracias Eucarísticas” recibidas como un bien misterioso “Don” hecho a Madeleine Aumont. “Gracias Eucarísticas” que ella aún tiene como consecuencia de una comunión que recibió el día 12 de abril de 1970 y que marcó o determinó un gran cambio en su vida.
Para Madeleine estas “Gracias Místicas” tienen el mismo valor quizás más grande que las Apariciones con las cuales fue agraciada
Madeleine escribió estas “Gracias Eucarísticas” y Apariciones en sus cuadernos, 7 en total. Yo mismo, según las apariciones se sucedieron, os reuní en un dossier, con la ayuda de las Hermanas.
Este es el motivo por el cual le di el título a mi libro: “El Primer Testigo”, durante 2 años fui confidente y Director Espiritual de Madeleine. Después del 12 de abril de 1970 Madeleine “sufrió una nítida transformación.” Cuando regresaba de la Santa Comunión, yo mismo podía leer en su rostro una alegría y paz. Posiblemente yo era el único a ver claramente en ella la manifestación de una “presencia invisible”.
Dos años después, no me quedé sorprendido cuando en la Capilla de San José antes de iniciar la Santa Misa, me entregó un papel sacado de un cuaderno escolar con las siguientes palabras que ella oyera en su 1ª Aparición de la Cruz el día 28 de marzo de 1972:
-“ECCE CRUCEM DOMINI” (He aquí la Cruz del Señor)
-“La daréis a conocer y la traeréis
Fue a mí a quien algunos días después Madeleine me confirmó lo que había visto y oído y me entregó el pedazo de papel que yo guardo preciosamente.
Primer contacto con mis superiores:
Madeleine y yo mantuvimos silencio; Alrededor de nosotros, nadie duda que en la mañana del 28 de marzo de 1972 la Cruz haya aparecido en el Cielo de Dozulé.
Aun así yo debía hablar del tema. Lo hice de forma jerárquica. Quien recibió la 1ª vez esta confidencia fue el Responsable de la Pastoral de la Zona del Auge, de la cual depende Dozulé. Este Hermano en el sacerdocio me escuchó con mucha atención y después me comentó:
-         Padre, creo que a esta le seguirán otras apariciones, sea como fuere yo en su lugar hablaría del asunto con el Padre Pelcerf.
Este Padre de hecho, era entonces el Decano del Capitulo y Exorcista de la Diócesis. Contacté con el Padre Pelcerf algunos meses después, y de mutuo acuerdo le presenté a la Señora Madeleine Aumont. Fue un encuentro muy simple y reservado. El Padre Pelcerf tan acostumbrado a recibir de vez en cuando a enfermos psíquicos con perturbaciones más o menos graves, no tardó en darse cuenta que el caso de Madeleine Aumont no era un caso de psicoanálisis, y para demostrarle su admiración y confianza le regaló las Obras de San Juan de La Cruz. Ellos mismos continuarían a mantenerse en contacto.
Unos días antes el Padre Pelcerf había dicho:
-         Caro Padre, es tiempo de comunicar esto al Obispo.
Contacté con Monseñor Badré, acostumbrado a escuchar con mucha benevolencia relatos de todo tipo de apariciones. Pero él ya estaba al tanto de este fenómeno, pues me informó que había contactado con el Padre Guyout para sustituir al Padre Pelcerf a acompañar a su vez en “fenómeno de Dozulé” Y de este modo tendría seguidamente contactos tanto con el Obispo como con el Padre Guyout.
Mientras tanto las apariciones continuaban a un ritmo más acelerado. Las primeras 6 Apariciones se realizaron en el mismo lugar, en la Haute-Butte (Alta Colina) y en cada una, hay un mensaje.
En estas 6 Apariciones Madeleine estuvo sola. Me relató el mismo día o algunos días después; tengo confianza en su sinceridad y en la sinceridad del relato.
En la sexta Aparición la Voz le dice:
-         “Procura 3 personas y juntas rezareis el Rosario por la construcción de la Cruz Gloriosa, aquí en los confines del Territorio de Dozulé”
Con la autorización del Monseñor, me reúno con tres Hermanas de la Escuela de San José, y las invito a ser parte de este pequeño grupo de oración. Y así nos encontrábamos todas las noches en la capilla. Las hermanas, Madeleine y yo, para rezar en santo Rosario.
A la Primera Aparición que me fue permitido asistir.
De este modo, lentamente, el fenómeno iba saliendo del silencio en que Madeleine y yo habíamos guardado durante algunos meses. El “fenómeno” estaba listo para abandonar la Alta Colina. El día 27 de diciembre de 1972, a las 7.00 PM a la salida de la iglesia,  Madeleine que había acabado de ornamentar el altar para un casamiento que se celebraría el sábado siguiente, Madeleine avista la Cruz por encima de la iglesia, mucho más alta, en el cielo, y más pequeña que en las Apariciones anteriores. Ella indicaría la dirección en el cielo de Lisieux, infórmame de inmediato y apunta con el dedo en la dirección de la Aparición.
-         Señor Padre, dice, mire la Cruz.
Miro y contesto:
-         No veo nada.
Pero Madeleine ya no me escucha, lentamente se arrodilla y dirige su mirada hacia al cielo, totalmente absorta en su visión. Su rostro está verdaderamente transfigurado. Está en Éxtasis. También puedo testificar que en el rostro de Madeleine se refleja la “presencia invisible”.
Busco un lápiz y mi agenda, listo para escribir las palabras que vendría a oír de la boca de Madeleine. Pasados unos 2 minutos oiría de la que está en éxtasis, inmóvil,  pronunciar con una voz muy distinta y sin hesitación:
“O SORTE NUPTA PROSPERA, MAGDALENA, ANNUNTIATE VIRTUTE EIUS QUI VOS DE TENEBRIS VOCAVIT IN ADMIRABILE LUMEN SUUM”
Que se puede traducir así:
“Oh MADELEINE, ESPOSA DE UN DESTINO GLORIOSO, PROCLAMA  LAS MARAVILLAS DE AQUÉL QUE TE LLAMÓ DE LAS TREBAS A SU LUZ ADMIRABLE”
Invitada a seguirme al Presbiterio, ella me dará detalles de la visión. Haré un relato más pormenorizado en el capítulo dedicado a las Apariciones.
LAS GRANDES ETAPAS
Antes de iniciar la exposición de las Apariciones, quisiera presentar una síntesis para facilitarles la comprensión:
1-      Acabamos de presentar las primeras 7 Apariciones, la 7ª cerca de la Iglesia en que la visión de la Cruz dará lugar a la aparición de Cristo.
2-     Solo una aparición se realizará en la Iglesia, Viernes Santo, 28 de marzo de 1975, que marcará el 3º aniversario de la 1ª Aparición de la Cruz.
3-     En la capilla de san José se realizaran 35 Apariciones, del 12 de junio de 1973 hasta el 2 de enero de 1976.
4-     Una nueva y última serie de Apariciones se realizará del 2 de febrero hasta el 6 de octubre de 1978. Esta última Aparición concluirá el conjunto del Mensaje, invitando a Madeleine a ir al encuentro de Cristo, a través de la Fe de la Iglesia, en la Eucaristía y en la obediencia a su superior, el Obispo.
Dedico este libro a mi madre, en filial homenaje.
Mi madre me acompañó en las diversas parroquias a las que fui llamado, después de 5 años de Vicariato en santa Teresa de Caen, a ejercer mi ministerio como párroco. Me acompañó en mi primera parroquia en Tour-En-Bassin, donde permanecí de 1951 hasta 1966. En 1966 fui nombrado párroco  en Dozulé hasta 1977.
Mi madre murió el día 10 de diciembre de 1970. Por consiguiente no conoció las Apariciones. Si las hubiese conocido y particularmente la del 27 de diciembre de 1972, sin duda alguna hubiera comparado estas Apariciones con un episodio de su vida.
Después de 11 años en Dozulé, el día 1 de julio de 1977, hicimos la mudanza para Pont-Farcy. Seguí de lejos los acontecimientos de Dozulé. Pasaron los años. Sé que el día 7 de julio de 1984 finalmente fue constituida la Comisión Diocesana, hacía tanto tiempo esperada, encargada de investigar los acontecimientos de Dozulé.
Un día, fui convocado para dar testimonio. Seguidamente la Comisión llamó a algunos testigos más. Todos fueron interrogados, mientras espero, los días y los meses van pasando para que la investigación nos presente sus conclusiones.
El día 8 de diciembre de 1985, estoy en mi oficina examinando cartas que hacía mucho tiempo quedaron amontonadas. Por casualidad encuentro una carta de mi madre fechada del período de Tour-En-Bassin. Después de una mirada me doy prisa para enseñarla a mi hermana María Luisa que estaba en el comedor ocupada en la preparación de la cena y viendo la televisión.
-         ¿Mira esta carta, le dije, a ver si reconoces de quién es?
-         Seguro, contestó, es la letra de mama.
Antes de leerla, me interrumpió. La televisión acaba de anunciar que quedan oficialmente publicadas las disposiciones del Obispo de Bayeux-Lisieux sobre los acontecimientos de Dozulé…
Nos miramos, mi hermana y yo y pensamos:
-         “Todo negativo”
Solamente nos resta la Esperanza. Pero es entonces  cuando mi hermana lee en voz baja el contenido de la carta que yo había encontrado y que apenas la había ojeado unos minutos antes.
“Hoy 2 de diciembre de 1964. Esta mañana a las 6.30 AM, tuve un hermoso sueño. Era tan hermoso, que lo escribí para no olvidarlo. Vi a Nuestro Señor. Nuestro Señor Jesús Cristo, que salía de una nube, entre el cielo y la tierra. Era bellísimo, como para quedarse extasiado, delante de su Majestad. Continuaba mirando, y es cuando veo la Cruz, que le caía sobre las espaldas. En ese momento me desperté. No fue más que un sueño pero me impresionó muchísimo.”
Reconocemos que tal coincidencia es por lo menos curiosa. Ambos quedamos convencidos que es una señal del cielo.
-         Hoy, comenta mi hermana, es tu madre que te dice: Ten confianza hijo mío.”
De hecho jamás tuve la intención de servirme de esta carta para desmentir a mí Obispo en su conclusión negativa sobre Dozulé. Por otro lado, no considero su decreto como condenación sin posibilidad de apelar. En la carta del 25 de octubre de 1985, como respuesta al informe que Monseñor Badré le había enviado, al Cardenal Ratzinger le dijo:
“Como es de su competencia, La Congregación para la Doctrina de la Fe examinó atentamente estos documentos y aprobó el proceso que habéis seguido, así como las disposiciones de vuestro Decreto. Simultáneamente, como es evidente, no hay duda que seguiréis en el futuro este fenómeno, con la misma prudencia cauta, y que podáis tomar, si necesario, las medidas oportunas en esta materia, que son competencia de vuestra responsabilidad episcopal. Acepte Excelencia…….”
Joseph, Cardenal Ratzinger.
Podemos entonces esperar que un día, una Nueva Comisión Diocesana, que en esta oportunidad tenga en cuenta los verdaderos testigos, que la primera vez no fueron consultados. Permitamos a nuestro Obispo que “acompañe esta fenómeno con la misma prudencia.”
Haciendo una vez más alusión a la carta de mi madre, que por una casualidad habíamos encontrado en el preciso momento en que la televisión anunciaba la publicación del Decreto Episcopal. Por mi parte concluyo que las coincidencias no existen y que estos hechos son señales. Esta carta es una mirada del Ojo de la Providencia, es una Sonrisa de Dios. Acaso no se dice que “el Cielo está lleno de Humor”(3)
(3) Y es como vemos ahora el proceder muy diferente del nuevo Obispo de Dozulé (ndtp). Prior de la Parroquia de Dozulé el Padre L`Horset

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