ESTO ES PARA MI
PUEBLO.
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12 de mayo 2014
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Jesús de Nazaret me dice:
Oigo la queja de todos los infelices que, lejos o cerca, se
están muriendo de hambre, y que se entierran inmediatamente, en medio de los
lamentos y gritos de rebelión de los que aún viven junto a ellos y esperando su
turno... (Al lado de sus hoyos listos.)
Oigo estas llamadas desde todos los lados, constantemente
tratan de despertar a los moribundos,
que ellos tratan de preservar su suerte escondida, son los verdaderos moribundos, privados de toda reacción humana… Estos son los verdaderos zombis de vuestro tiempo, estos muertos vivientes que han enterrado sus millones (dinero) para guardarlos aun mismo en la tumba, porque ellos no se mezclan, ni siquiera en la muerte
Ellos son la flor viviente porque se sienten de la “Alta
Sociedad”
Ellos son los que
tienen el derecho a la vida, olvidando los demás…Ellos tomaron este derecho a
fuerza del dinero…
Por todas partes el
Mundo reina la confusión…
Construyen la muerte de los hombres, envían los países hacia
su fin, destruyen la vida para reemplazarla por la decadencia de leyes y la
imposición de reformas que anulan todo principio de reglas generales que mantenían todavía “la Sana y Santa garantía” de la existencia
de vuestra humanidad sobre la Tierra de Dios…
Porque es Dios quien
les ha abierto la puerta cerrada del Paraíso a causa de la desobediencia de
vuestros primeros padres que han creído los primeros, como hoy los últimos que
son ustedes todos juntos, que todo les es permitido…
Pero nosotros les recordamos, todavía hoy, que ustedes se
han transformado, a causa de vuestro parecido con Adán y Eva y todos los de
vuestra generación hipócrita y malvada,
los últimos de esta cadena que constituye” la última generación”
llamada por el Señor Jesús en Dozule: “La última generación, hipócrita y
mala, la que reniega padre y madre como reniega igualmente de Dios.”
Entonces, he aquí que
ustedes han llegado mezclados como en una canasta llena de frutas secas, buenas y
rancias, en el final de esta cosecha proclamada por Dios, es que el Señor Dios
debe retirar la cizaña.